Pathfinder: Nightstorm (IV)

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19/05/2019. DJ (Juan), Leo (Hanka), Scott (Kravin), JC (Karil), Sento (Englier)


Nada claro estaba eso de meterse a buscar a Amarrabati en una zona llena de gente con una enfermedad contagiosa mortal incurable, así que Englier propuso dar un par de monedas a algún mendigo para que fuera a decirle a Amarrabati que saliera, propuesta que no prosperó y por la que recibió no pocas críticas.

Tras buscar otras opciones, descubrieron que un carro llevaba regularmente avituallamiento a la colonia de enfermos, así que localizaron al carretero y le ofrecieron dinero por llevar una nota a Amarrabati. Como era de esperar, no podía ser tan fácil, el cochero nunca veía a los enfermos, él llegaba al punto de entrega en medio del bosque, dejaba el carro, se iba un rato, y cuando volvía ya estaba vacío. Una buena medida de seguridad que no había impedido que más de un carretero muriera en los últimos tiempos.

Como no estaba muy clara la solución del carretero, finalmente decidieron hacer ellos de carreteros, como única compensación, el carretero le debería un favor a Karil, algún día se presentaría en su puerta y se lo pediría. Continúa leyendo «Pathfinder: Nightstorm (IV)»

Pathfinder: Nightstorm (III)

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05/05/2019. Pathfinder. Juan (DJ), Leo (Hanka), Germán (Debra), Scott (Kravin), JC (Karil), Sento (Englier)


Poco tiempo había pasado desde la charla con Chaetar Gee sobre la visión con Murtillai, en la que le reveló en un sueño que sus compañeros espíritus habían desaparecido y que solo nosotros 5 los haríamos aparecer, haciendo un ritual para el que necesitábamos varios ingredientes.

Habíamos ganado el derecho a conocer al Rey de los mendigos en un campeonato de hututu, así que nos dirigimos al barrio de los artesanos con Drysu, nuestro guía, llegando a lo que mucho tiempo atrás debió de ser un templo. No quería que el Rey se enfadara con él por habernos llevado en su presencia, así que cerca de la puerta, se despidió de nosotros y desapareció.

En la puerta del templo habían dos personas pidiendo limosnas, pero no engañaron a nadie, estaba claro que se trataba de vigilantes del lugar, así que manifestamos claramente que queríamos hablar de negocios con el Rey. La negociación fue complicada, sobre todo por la parte de dejar las armas en la puerta, pero al final hubo acuerdo, y menos mal, porque en cuanto tuvimos el permiso para traspasar la puerta, vimos que esos vigilantes tenían demasiados amigos escondidos, prestos a colaborar en la defensa del «palacio» si alguien intentara entrar a la fuerza. Continúa leyendo «Pathfinder: Nightstorm (III)»