Fecha: 2023-01-27
Asistentes:
- Dungeon Master (Sirvent)
- Adke Araedi (Sku)
- Belvalor Alantar(Miguel Ángel)
- Saiful Morningsinger (Tolanss)
No asistentes:
- Hanbal Sayegh (Perico)
21 de Marpenoth – 1358 DR
Volvemos a la habitación con las dos aberturas que estaba cubierta por la materia orgánica. Decidimos cortar la abertura de la derecha activando el enjambre ciempiés del techo, suelo y paredes. Salimos corriendo de la sala por la abertura y nos encontramos con una rampa cuesta arriba cubierta de la misma materia.
Conseguimos subir el repecho y encontramos que el suelo y las paredes han cambiado y vuelven a ser de roca. La materia orgánica casi ha desaparecido y la neblina verde ha desaparecido. Parece como si viniera aire fresco más adelante.
Seguimos andando adelante y parece que estamos subiendo en espiral, pero encontramos setas de todos los colores, algunas de ellas luminosas. Estudiando las setas, Belvalor descubre que las luminosas no tienen ningún problema, pero hay algunas color violeta más grandes que parecen peligrosas. Según él, suelen atacar a seres vivos y colonizarlos después y reaccionan al movimiento lanzando dardos. Además, las setas no parecen dispuestas de manera aleatoria sino que están puestas de manera estratégica en lados y techo.
Cuando Saiful lanza un hechizo de daño a una de las setas ven que aparecen una serie de látigos que tienen un alcance de unos cuantos pies. Así que deciden destruir a todas las setas a base de hechizos de larga distancia. Tardan sus buenos 5 minutos en deshacerse de todas.
Pasada la zona de las setas, salimos al exterior y tenemos una vista y un olor privilegiados. Hay un vertedero enorme delante de nosotros que se extiende a lo largo de todo un valle hasta llegar al mar y por kilómetros hacia el otro lado. En total 6 km de largo por 1.5 km de ancho de basura y escombros.
Decidimos descansar en el pasillo que está entre las setas y la salida al vertedero. La noche pasa sin ninguna complicación y recuperamos todas las fuerzas. Aprovechamos las bayas mágicas que preparó Belvalor, para que no se desperdicien y para recuperar fuerzas.
22 de Marpenoth – 1358 DR
Durante el descanso Saiful se da cuenta que el anillo con la gema azul es un anillo mágico de protección.
Salimos al exterior después del descanso para descubrir un precioso amanecer sobre el vertedero. El vertedero sólo parece una extensión homogénea de montañas de basura. Avanzamos hacia el interior del valle que parece el único modo de llegar al basurero.
Lo que parecían montañas de basura, ya no parecen tal sino construcciones. Belvalor se da cuenta que son construcciones muy básicas hechas de adobe o tierra amontonada. Según Belvalor es un tipo de arquitectura de los hombres lagarto en los pantanos.
De repente, escuchamos un sonido gutural y cuatro hombres lagarto salen de los arbustos. Saiful les habla en son de paz explicándoles que vamos en busca de un hombre rata que atacó a personas influyentes en nuestra ciudad. Y nos indican que vayamos al centro del poblado.
Sólo vemos más hombres lagartos con plumas, No hay signos de mujeres y niños. De uno de los edificios principales aparece un hombre lagarto enorme con muchas más plumas y muchos cráneos colgados del cinturón. Los cráneos no parecen ser humanos.
El jefe de los hombres lagarto nos habla con voz muy gutural y muchas eses y nos pregunta qué hacemos ahí. Saiful le repite la historia que le contó a sus guerreros, de que vamos en busca de un hombre rata que atacó a unas personas muy influyentes de nuestra ciudad para capturarlo y llevarlo ante la justicia. También les pregunta si saben dónde puede estar.
Nos indica que es muy probable que esté en su campamento, junto con otros hombres rata, en su territorio, en la playa. También nos dicen que están en guerra con otros grupos de seres que habitan el vertedero, entre ellos los hombres rata. Son un grupo de guerreros que están buscando cosas brillantes.
Adke le entrega una daga al líder de los guerreros para agradecerle su ayuda y nos dejan partir en busca de la ciudad de los hombres rata, pero nos advierten de que no volvamos por allí, ya que si nos dejan partir es debido a que vamos a atacar a uno de sus enemigos más acérrimos.