Fecha: 2022-12-18
Reparto:
- Juan Carlos (DJ)
- Scott (Twelk)
- Lohengrin (Landel)
- Sento (Antolin)
- Alan (Jinx)
- Juan (Fox Xander)
Notas
Contactamos con los garado para avisarles de la masacre que supondrá el ataque a las perforaciones (la muerte) en cuanto la cofradía tome posiciones defensivas con las naves, pero no les importa porque su objetivo era acabar con la muerte lenta.
Necesitaban nuestra ayuda para acabar con el problema, el sitio en el que se podía acabar con la muerte lenta no estaba preparado para ellos, y como acompañarlos era una manera de tenerlos controlados, accedimos a ayudarlos. Su alegría se notaba en las cancioncillas que realizaban con sus rugidos, que eran extrañamente parecidos a la última canción de Lua.
A los tres días llegamos a una zona recogida en la que había una entrada a una cueva y un zorro desde una roca en una posición que parecía ser líder de algo.
El garado estaba feliz porque ese agujero era el paso al otro mundo, donde van los garados a morir. La sangre del suelo hacía pensar que alguno de su especie había conseguido llegar al otro mundo antes de morir.
Chol es el único de los garado que nos acompaña al interior de la cueva, era el que parecía el más mayor de todos, y antes de entrar se despide de todos. Por el diseño de la cueva la parte interior tenía una temperatura más soportable que la del exterior, allí encontramos 8 garados al borde de la muerte muy cabreados con nuestra presencia allí, un lugar que ellos consideran sagrado.
Creíamos que los garados que allí tenían que ser víctimas de la muerte lenta, que igual era algún tipo de acumulación de sustancias en el organismo (como pasa con el mercurio o el plomo), por lo que lo ideal sería un análisis de sus organismos y compararlo con el de Chol (el que estaba sano), así que a base de dardos los dejamos a todos inconscientes.
Jinx examina los cuerpos de los garados moribundos y el cuerpo de Chol, y no encuentra enfermedades, todos están sanos, es más, dos de los que estaban allí para morir era por estar enfermos no por vejez, así que Jinx los cura.
Ya que estaban todos tranquilos aprovechamos para revisar el agujero por el que se lanzaban los cuerpos de los garados muertos, el sensor nos indicó que bajo había otra caverna incluso más grande que en la que nos encontrábamos, y nos daba lecturas de materiales que no conocíamos.
Antolín desciende a la sala inferior, las paredes parecen arañadas por garras finas, la sala estaba llena de huesos de garado en la zona que quedaba justo bajo del agujero, pero en el centro de la sala había un disco perfecto de color verde, un verde pino, un verde que en este planeta no existía, confeccionado con un material que el sensor no era capaz de identificar.
Los arañazos de las paredes eran como surcos de un disco de vinilo, había un patrón en los surcos, con pequeñas variaciones entre los trozos de surco, surcos artificiales realizados con algún tipo de policarbonato.
En esa sala notamos una percepción en el psi, Morki se percató de que los garados del planeta estaban cantando una canción sobre la muerte lenta.
Tras multitud de pruebas y experimentos, emitiendo una luz en color rojo (rojo cocacola) en la única banda que no había en la sala, la puerta verde se abre.
En la parte inferior lo que encontramos es una sala similar a la anterior, ésta era más fría, en ella había una especie de cabras robot (9), que cuando se abrió la puerta verde se acercaron a la puerta marrón, se les puso la boca roja y le lanzaron algo aún más frío que la sala. Si nos acercábamos a la puerta las cabras también lo hacían y lanzaban su vaho helado a la zona en la que nos encontráramos.
Las paredes también tenían surcos, pero esta vez no parecía que indicaran colores, indicaban otra cosa y creíamos que eran radiaciones de temperatura, cada banda indicaba una.
Como fuente de calor Twerk modificó un sensor para que emitiera una radiación equivalente a un cuerpo caliente, y parecía que ya estaba todo solucionado, pero cuando Landel se disponía a utilizarlo una cabra se le puso delante y le sopló en las manos congelando el aparato.
Probamos lanzar dos bengalas para distraer, pero no funcionó porque las cabras eran muy rápidas, apagaron las bengalas y volvieron inmediatamente. Nos tocó lanzar todas las bengalas para distraerlas el tiempo suficiente para que hiciéramos pruebas. La banda que faltaba en las paredes era la de 50º y cuando pusimos el sensor a 50º las cabras dejaron de soplar y la puerta comenzó a gotear y desaparecer (curiosamente la temperatura a la que funde el chocolate)
Otra sala nos esperaba bajo, tenía una puerta de tamaño exactamente igual que las anteriores que era de un blanco nieve pero no era nieve. A su alrededor había unos botes de plástico transparente con algo dentro, según lo que tuviera dentro el envase era de un color. En las paredes encontramos 12 tubos en grupos de 4, llegaban hasta el techo y en la parte inferior tenían un agujero de medio metro.
Analizamos los botes y lo que encontramos fue:
- 21 Verde – boro
- 5 Negro – carbón puro
- 4 Blanco – plata
- 3 Cian – dubnio
- 2 Azul oscuro – galio
Al tocar los tubos emitían sonidos y al reverberar la nota, todo temblaba, algo nos decía que teníamos que tocar los tubos en el orden correcto.
Pensamos que los botes indicaban el orden de las notas musicales, así que tocamos los tubos en el orden indicado y una canción navideña se oyó en la caverna, abriéndose la última puerta que daba una extraña máquina, el fin de la muerte lenta según los garados.
Las paredes tenían símbolos muy parecidos a los de la sala en la que murió el primer garado y a los que se encontraron en el planeta de la amiga de Antolín, esos extraños grabados que fuimos a buscar.
No sabíamos quién había dejado aquello allí, pero los garados estaba claro que no, nada indicaba que ellos fueran los creadores de esa extraña maquinaria.
Twerk investigó la máquina y llegó a la conclusión de que la máquina era una bomba de calor invertida, y estaba seguro de que había más aparatos conectados en red.
Si le dábamos al botón rojo pondríamos todos los motores en marcha, el planeta estaba terraformado, estábamos ante un medio ambiente artificial que algo o alguien había creado, alguien interesado en que el planeta estuviera congelado eternamente.
Tras un debate sobre el interés en apretar o no el botón, alegando la venta de información tan jugosa que podríamos conseguir al poder demostrar que los garado tampoco eran originales del planeta, se llegó a una inédita votación (ni que esto fuera el Tribunal Constitucional), el inteligente del grupo la perdió, y la votación salió que había que apretar el botón, momento en el que el planeta empezó a enfriarse y nosotros salimos por piernas.
Al salir los garados ya estaban despiertos, nos miraban pero no nos odiaban, sus rugidos psi cantaban “habéis matado a la muerte lenta”.
Salvados los garados nos fuimos a Cora en búsqueda de nuevos fletes.
Había un bar llamado “La última parada”, y lógicamente allí acabamos. Coria, el tabernero nos comentó lo extraño que era que volviera a nevar, hacía años que no pasaba. También nos aconsejó que no bebiéramos agua, solo alcohol, nunca había visto esa enemistad entre mineros (trabajaban en el planeta) y prospectores (trabajaban en el asteroides), ninguno podía trabajar y se echaban la culpa mutuamente. Unos no podían excavar y los otros no podían salir del planeta.
Coria no parecía estar muy estable mentalmente, entre el agua contaminada y el comentario sobre que todo es culpa de la RFP nos dimos cuenta de que poco íbamos a sacar de ahí, así que nos fuimos a hablar con los mineros. Estos no estaban mucho mejor, decían que si queríamos trabajar tendríamos que contactar con el sindicato de mineros, nunca con el de prospectores (que son unos ladrones), y que lleváramos cuidado porque había un grupo EXO en el planeta.
En el sindicato minero estaba Irabela, la que pensamos era la recepcionista pero era la jefa del sindicato local. Nos comenta que la pandilla de un tal Dago (el anterior jefe del sindicato) salieron a buscar un cargamento perdido y no volvieron, estaría interesada en que recuperáramos la carga y que le dijéramos algo de los seis mineros perdidos.
Llegamos a un acuerdo con Irabella, el transporte le costaría 30.000 créditos si conseguíamos traer a alguno de los mineros vivos, si ninguno volvía vivo serían 20.0000.
Antes de partir teníamos que conseguir las piezas que nos faltaban de la nave, la tienda de Caro era la que mejor fama tenía, era más cara pero porque los productos eran nuevos, no reacondicionados. Allí teníamos disponible las piezas que necesitábamos, nos costaban 10.000, pero cuando íbamos a recogerlas el trabajador de Caro que nos tenía que dar los productos nos dijo que podía conseguir lo mismo por la mitad de precio a través de un primo suyo y que además nos daría una lista de gente que quería salir del planeta pagando una prima interesante.
A la que salíamos oímos un disparo y un grito, así que inmediatamente buscamos alguna cobertura por si alguien nos atacaba a nosotros. Landel no pudo evitarlo y se asomó a ver que había pasado y vio salir a Man de la tienda con la cabeza gacha (no era la hora de cierre).
Al rato nos encontramos con Man, nos dijo que ya no podía vendernos las piezas, Caro lo había despedido, pero nos dio la información, en el hotel había un par de jefazos mineros que querían salir del planeta.