Exo – Campaña 808 (11ª sesión) – Todo tiene un final…


Juego Exo
Fecha 09/090114
Campaña Exo 808
Lugar Manises I
Asistentes Chema (Liralaf), Germán (Max), J.C. (DJ), Juan (Huk), Leo (Gustav), Sento (Reinhard). Artista invitado: Junior.

Sesión previa

Tras descubrir a un regente iroiendi en la fábrica clandestina de Icional, nuestros héroes de la 808 volvieron a toda prisa, a la velocidad terriblemente lenta de las jaulas de minerales de Rexen, a su nave. Su primer instinto fue coger la nave, acelerar, mirar atrás, volver a acelerar y mandar una postal desde algún lugar tranquilo como el centro de un agujero negro. Sin embargo, más allá de la razón, el entrenamiento de la RFP se sobrepuso a los instintos y volviendo al bar de Ilora, le dijeron a Camut: «¡Mi… mi… mira lo que hemos descubierto!» Camut no pareció impresionado, quizás sabía ya algo, quizás esas cosas raras que bebe han petrificado los músculos de su cara. Era el momento de tomar decisiones.

Exo

Investigación previa

Estaba claro que los cazas iroiendi que habían visto estaban en proceso de fabricación y que aún les quedaba algunas semanas. Eso les daba tiempo para resolver un tema previo: la reunión de Maral. Quedaba menos de un día para la reunión libertaria en Maral y la 808, quizás con razón, creía que en ese momento ocurriría algo importante que podría marcar la historia a corto plazo de Rexen. Si reúnes a todo el mundo en un asteroide, ¿acaso no es el mejor momento para eliminarlos a todos?

– ¿Lo preguntas por los iroiendis o por vosotros?

– Esto…

Al final resultó que sí lo preguntaban por los iroiendi. Un exo no puede permitir que se cometa un genocidio. Se supone que están en el Sector Libertad para salvarles de las locuras de sus dirigentes. Salvar a la población civil es el camino más corto hacia la victoria. Sin embargo, ninguno de estos valiosos ideales fue el que motivó a la 808, sino «y si detonan los explosivos cuando todos estén juntos».

Surgieron algunas dudas sobre cómo iban a conseguir entrar en el planetoide. Tras desechar varios planes alternativos, incluyendo una visita por el exterior en la que descubrieron un camuflaje de cartón piedra que tapaba una puerta metálica, más pequeña que la de los hangares de Icional y con diferente aspecto a la de los misiles de Camut 2. De hecho, parecía que la puerta no se había usado hace mucho y aunque podían haberla forzado para entrar, no querían ser responsables de un genocidio al dejar sin aire el interior. Lo del cartón piedra les mosqueó bastante porque en los otros sitios iroiendi había sistemas holográficos de camuflaje. Este parecía tan primitivo.

Nota del DJ: los personaje no lograron averiguarlo, pero este fue el primer lugar «infectado» por los iroiendi y no tenían muchos medios tecnológicos a su disposición. Después, cuando ya estaban instalados, no vieron la necesidad de mejorar el camuflaje. Había sido efectivo hasta ahora y cambiarlo podía llamar la atención.

No encontraron ninguna forma de entrar en Maral, hasta que alguien se dio cuenta que seguían en el Sector Libertad y que no tenían que inventar ningún subterfugio para visitar el asentamiento, sólo decir que de cara a la reunión querían conocer de antemano las residencias que iban a entrar en la rotación. La información previa a una asamblea no sólo está permitida, sino que se alienta en los ciudadanos libertarios. ¿Qué es eso de votar por lo que digan terceros? ¡Acción directa!

Nota del DJ: Ha costado mucho, pero se van anarquizando.

En la puerta de Maral les recibió Magrit Tuna, una humana que les dio bastante mala espina. La mujer no hacía más que hablar de los sacrificios que estaban dispuestos a hacer en favor de la causa, la autoinmolación de sus cuerpos para que sobreviviera la sociedad. Toda una serie de frases que daban un poco de miedo. Se deshicieron de ella como pudieron no sin asegurarles que contaban con todos su apoyo y toda su simpatía.

En este punto, tanto Liralaf como Huk empezaron a sentirse mal, quizás era la cháchara de Magrit que había fundido alguna parte de su cerebro o quizás tenía que ver con el runrún constante en su cerebro. Al resto de la unidad no pareció afectarles. De hecho, poco a poco se fueron convenciendo de que Maral era un lugar agradable en el que vivir y que, si bien no tenía muchos lujos, estaba limpio y la gente parecía muy saludable y ordenada. Los habitantes de Maral sí que sabían convivir entre ellos. Detectaron, sin embargo, dos elementos discordantes en esa armonía social.

El primero era Sader Milton, un ibu que, aparentemente, había perdido la cabeza: ¿No los oís? ¿No escucháis los ruidos tras los muros? ¡Vienen! ¡Vienen a por mí por la noche! No puedo dormir, no debo dormir. Cuidaos… ¿No los oís? Su conversación no tenía mucho sentido y llevó a la 808 a un interesante debate sobre las posibilidades de los tratamientos mentales en el Sector Libertad. Huk y Liralaf creían que la sanidad en el Sector Libertad estaría en pañales y los tratamientos neurológicos serían anecdóticos. Seguramente se dejaría a los enfermos mentales morir solos. Por otro lado, el sargento (camarada capitán) y otros miembros del grupo les sonaba raro que los del Sector Libertad fueran tan insensibles. Aquí en Maral, lo tenían claro, no pasaban esas cosas. Huk y Liralaf se miraron en silencio. ¿Qué demonios estaba pasando allí? ¿Quizás los otros miembros del grupo pensaban que había micrófonos en todas partes y los de Sol Negro espiaban a sus ciudadanos? ¿Y por qué no les habían comentado nada a ellos? ¿Quizás pensaban que eran espías libertarios? ¿O lo eran ellos?

La segunda discordancia fue Orio Maio, un úkaro de mantenimiento al que se le veía muy deprimido. Decía ser el encargado de mantenimiento de todas las instalaciones. «¿Sólo uno para todo el planetoide? «se extrañaron. Orio les explicó que las instalaciones no requerían mucho mantenimiento y que muchas se reparaban solas. No sabía quién era el responsable de la fabricación, pero había hecho un trabajo estupendo. Para demostrárselo, les enseñó un panel de mantenimiento, lo destrozó a martillazos y tras un instante les dijo: «¡Veis! ¡Ya está reparado!». Ni reparado ni leches, el circuito electrónico chisporroteaba y varios componentes estaban en llamas, pero Orio parecía incapaz de verlo u olerlo. Huk estuvo al quite, le agradeció la explicación y apagó el incendio cuando nadie miraba.

¡Qué demonios está pasando!

A mí me parece que las cosas son muy normales – corearon los demás sin pensárselo mucho.

Decididos a descubrir si pasaba algo, accedieron a un túnel de ventilación. No había mucho sitio, pero con algunos esfuerzos y trabajo consiguieron llegar al otro lado. Lo que descubrieron no les gustó. El túnel terminaba en una estructura circular, un complejo y complicado mecanismo que terminaba en una boca cuadrada. En su interior, que estaba al descubierto, se veía el movimiento de miles de engranajes, brazos, y demás maquinaria. Llegaron justo en el momento en el que la máquina escupía una de sus creaciones: ¡una araña iroiendi! (grito histérico). Al parecer habían descubierto el lugar donde las construían. No investigaron mucho, pero calcularon que en la zona podría haber unas siete fábricas de arañas. ¡Estaban construyendo un ejército! (nuevo grito).

Pero aquello solo era la mitad del planetoide, se internaron por otro conducto de ventilación aunque no tan discretamente como creían porque Sader Milton les descubrió y se alejó de allí gritando como un poseso y agitando sus ectoplásmicos miembros presa de un ataque. Para su sorpresa, nadie hizo caso al pobre Milton.

Nota del DJ: En realidad, Milton era el único que estaba cuerdo en Maral, pero eso lo descubrieron después.

El conducto de ventilación les llevó a otro huevo interior en la estructura y allí vieron una extraña máquina que parecía un enorme ordenador o inteligencia artificial con muchos reles y muchas luces. Huk y Liralaf se encontraron muy mal de golpe y sintieron que la cabeza estaba a punto de estallarles. El resto, acompañó a sus compañeros a la salida, les dijo que esperaran y volvió al interior. ¿Que era aqeulla máquina que tanto afectaba al úkaro y al tyrana? Tras arduas pesquisas llegaron a la conclusión que aquello era una especie de inductor mental. Tenía un diseño parecido a los equipos de enseñanza mientras duermes, pero a una escala planetaria.

¡Estaban haciendo un lavado de cerebro a todos los habitantes de Maral! ¡Claro, por eso querían que hubiera rotaciones con Puerto Rexen! ¡Para sorberles el cerebro! ¡Ya veras cuando se entere Camut!

Tomar conciencia de que están intentando lavarte el cerebro es una gran ayuda para evitar hacerlo. La 808 salió de la ensoñación en la que se encontraban y empezó a escuchar los mismos golpes y ruidos que Milton afirmaba oír. ¡Procedían del techo! Sin miedo, ni prudencia, decidieron asomarse al techo de la instalación que discurría a lo largo de todo Maral. Lo que descubrieron fueron cientos, miles de arañas que se afanaban en el pequeño hueco para moverse de un lado a otro. Prudentemente salieron de allí, recorrieron todos el camino hasta la salida en un respetuoso silencio sin comentar nada con Huk ni Liralaf, pero tirando de ellos para que no se retrasaran, cogieron una cesta y se largaron a Puerto Rexen.

Lucha por Rexen (ataque a Icional)

A Camut no le sentó nada bien descubrir los planes de Sol Negro para la población de Puerto Rexen. Convertir a un libertario en un ser sin cerebro es una de la mayores afrentas que puedes hacer. La libertad individual no es algo que se tomen a broma en el Sector Libertad. Sol Negro había cruzado una línea y Camut se lo iba a hacer pagar muy caro.

Fue difícil evitar que se lanzara de cabeza contra Maral y empezara a destruir el sólo las instalaciones. Sin embargo, la 808 le mostró la importancia de coordinar el ataque con Icional. Allí había un regente iroiendi y tenían que acabar con él y así evitar cualquier plan secundario que no hubieran descubierto (alguno además de los explosivos a nivel planetario de los planetoides).

Además, quizás sea porque la 808 es más humanitaria de lo que se espera de una unidad de élite de la RFP, pero la idea de entrar a sangre y fuego en Maral no era de su agrado. Desde su punto de vista, que Camut no compartía, a los miembros de Sol Negro les habían lavado el cerebro y no eran responsables. Camut opinaba que uno siempre es responsable de sus actos y que lo de la enajenación mental son zarandajas leguleyas para diluir la responsabilidad del individuo. Un debate político interesante, pero nada fructífero en ese momento. Finalmente, consiguieron que Camut se atuviera a razones (al menos en apariencia) y se comprometió a ayudarles con la gente de Icional. la 808 no quería entrar en el hangar y tener que disparar o esquivar a miembros de Sol Negro con el cerebro trastornado por los iroiendi. Camut dijo que encontraría la forma de vaciar el hangar. No dijo cómo.

Por su parte, la 808 decidió dejar a Víctor en la nave por si necesitaban una salida de emergencia.

La 808 utilizó la misma entrada que utilizara para su exploración, una de las salidas de emergencia. Se enfundaron en sus armaduras una vez llegaron al interior y entraron en la sala. Estaba, como Camut prometió, vacía, excepto por esas dos arañas del techo que empezaron a disparar nada más verles y el regente iroiendi que apareció en la esquina opuesta del hangar.

Empezó un intenso intercambio de disparos y los miembros de la 808 descubrieron una cosa que no habían tenido en cuenta. Salir de la pared para alcanzar los cazas y guarecerse en ellos (pensaban que las arañas no querrían dañarlos) les llevó muchos segundos y recibieron varios disparos por el camino. No es que se movieran despacio, es que el hangar era muy grande. Gustav, que era el corredor más rápido del grupo, cruzó la primera linea de naves y alcanzó la segunda. Le seguía de cerca Huk que también corría lo suyo. El resto de la 808 atraía los disparos de las arañas con su ridícula velocidad. ¡Cómo pueden unos exos correr tan poco!

Gustav disparaba contra el regente con todo lo que tenía. Un disparo tras toro, un disparo tras otro. Pero estos no parecían hacerle efecto. Incluso se diría que le atravesaban. Las arañas eran más mortíferas, aunque la distancia perjudicaba bastante su precisión. Los Del Fermer de los exo tenían más precisión a largo alcance y las AP de Camut estaban funcionando bien. Una araña había caído cuando el regente disparó una especie de onda sónica. Gustav cayó al suelo y a punto estuvo de perder la conciencia.

¿Algo raro había pasado? El golpe le había alcanzado de su derecha, no de la posición del iroiendi. ¡Qué demonios! Miró en esa dirección y descubrió a otro regente agazapado tras el dintel que daba paso a la sala de control. ¿Dos regentes…? ¡Un momento..! ¿Aquello no será…?

Y efectivamente, como Gustav comprendió, tarde, llevaba todo el tiempo disparando a un holograma de mucha calidad. El regente, moviéndose a una velocidad pasmosa, se puso encima de Gustav y le encañonó que la extraña arma sónica. Su momento final había llegado. Más por desesperación que por confianza, Gustav levantó su Del Fermer y disparó la ráfaga más larga que su arma permitía. A bocajarro, con balas especiales de alta penetración, el regente notó el impacto, trastabilló para atrás, pero no cayó. Fue necesaria una nueva ráfaga y la ayuda de Huk para que el regente cayera al suelo.

La segunda araña también cayó, pero el silencio no se adueñó del hangar. Había un molesto «bip«, cansino y repetitivo, que advertía que algo malo estaba pasando. Huk y Gustav lo descubrieron. Era el brazo del regente el que «bipaba» y aquello tenía toda la pinta de ser una cuenta atrás.

– Pregunta al DJ: ¿Cómo Exo sé si la detonación de un regente es muy grande?

– Respuesta del DJ: No tienes datos concretos, pero sí sabes que la destrucción de varios sistemas estelares (con miles de millones de muertos) en la Unión Pangaláctica fue provocada por uno sólo de estos bichos…

¡Cooooooorrreeee!

Y la 808 emprendió la huida hacia su puerta de entrada a su increíble velocidad. Pasaron unos segundo muy tensos en los que sólo se oía el bip, bip. ¡No hay tiempo para ponerse los trajes de vacío! ¡A la cápsula! ¡A la cápsula! Un segundo, falta Gustav! Da igual, es el nuevo, no le echaremos de menos…

Gustav por fin llegó, la cápsula salió despedida y mientras se alejaban de Icional y llamaban a Víctor por la radio para que viniera a recogerles sin demora… no pasó nada. ¿Cómo que no pasó nada? No, no pasó nada. La detonación del regente estaba conectada a los explosivos en Puerto Rexen y Adur. Eso hubiera destruido el sistema entero, pero gracias a la manipulación de la 808, miles de libertarios salvaron la vida (lastima que muchos nunca llegaran a enterarse a quién le debían su vida). El regente explotó y los cazas iroiendi también. El hangar quedó arrasado, pero no destruyó el satélite. Además, la destrucción del regente, desconectó la máquina de Maral y desactivó las arañas.

A modo de epílogo

Camut, por su lado, dio cuenta de todos los dirigentes de Sol Negro (y alguno, sospechamos, que no era dirigente pero no le caía especialmente bien). Perdonó, eso sí, la vida a muchos otros, a los trabajadores que habían sido manipulados mentalmente. El equilibrio político en Rexen ha cambiado radicalmente.

Nuestros héroes no tuvieron problemas para salir de Rexen, incluso alguna muchacha local les dio un libertario agradecimiento al enterarse de su participación. A Liralaf le tuvieron que sacar de allí a collejas porque decía que, como solnudista, había encontrado una población que realmente le comprendía. Ilora se mostró muy agradecida (por todo, no sólo porque se llevaran al loco de Liralaf), pero antes de irse les preguntó:

– ¿Los caballeros de la República guardan sus promesas?

 

Retornando a casa, al RFP Obselus, la 808 tiene algunas preguntas qué responder:

– ¿Qué vamos a hacer con el niño que nos hemos llevado?

– ¿Qué vamos a hacer con estas cajas-dársena iroiendi que hemos recogido?

– ¿Cuándo vamos a venir a por la Libertad Uno?

– ¿Dónde quedó finalmente la Voz?

– ¿En qué voy a gastar los PX?

El sargento Reinhard además, tiene una pregunta más:

– ¿Quién se merece una medalla y quién un consejo de guerra?

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