190929. EAU. Perico (DJ), Juan Carlos (Hans), Chema (Thonismund), Germán (Delileron), Scott (Blain), Sento (Ostag), Leo (Astaldo), Sirvent (Eyvindr)
20 de mayo 2047
Era momento de volver a casa de Beorn y contarle todo lo que estaba pasando en las montañas. Llegamos a casa de Amfossa tras ocho días de viaje en lo que, gracias a nuestros guías, lo más reseñable fue el que casi acabamos en medio de un enjambre de moscas enormes de aspecto muy peligroso.
A nuestra llegada Amfosa estaba hablando con un cazador de la zona que le estaba vendiendo pieles, era un hombre cetrino que nos recordaba bastante a los hombres de estas montañas, gente que trata con orcos a la que no tenemos especial aprecio, lo cual es recíproco.
Amfosa estaba sorprendida de que siguiéramos vivos, nos puso al día de las novedades que llegaban por el río, los vinglundinos estaban en medio de una guerra civil, algo realmente extraño ya que nadie desafía los deseos de Vinglun.
Esta novedad hizo que cambiáramos de planes, en lugar de viajar a Epiquismund, hogar de Thoninsmund, pensamos era mejor pasar a ver a los Blacktom, les teníamos bastante aprecio, se portaron muy bien con nosotros durante el invierno, los vinglundinos ya habían visitado su granja en más de una vez, y con una guerra civil en marcha quien sabe cómo les estaría afectando. Además, seguro que Beorn estaría agradecido si le informáramos de la guerra además de los Uruk-hai.
Cuando llegamos a la casa de los Blacktom encontramos cerrada la empalizada, aunque con una vigilancia de pena, tuvimos que gritar un par de veces para que alguien se percatara de que había siete aventureros en su puerta. Cuando por fin nos hicieron caso, nos reconocieron y nos aclararon que la empalizada ahora estaba constantemente cerrada porque desde que comenzó la guerra civil de los vinglundinos, varios grupos libres, puede que de desertores, habían cruzado el río y atacado las granjas de la zona. Por lo visto la guerra civil estalló porque Aestid (la hija de Vinglun), se enamoró de un Beornida, algo que Vinglun no se tomó nada bien, así que mató al beornida. Aestid para vengarse se alió con los enemigos internos de su padre y así comenzó la guerra civil.
En la granja encontramos una familia que había conseguido escapar con vida de uno de estos saqueos, nos indicaron donde estaba su granja y allí que fuimos. Había pasado bastante tiempo desde el ataque, pero Delileron consiguió rastrear al grupo de saqueadores hasta un bosque. Se internó él solo y encontró su campamento, eran 14 humanos, dos estaban de vigías y su jefe era un tío muy grandote que cojeaba. Tenían retenidas más de 15 personas, estaba claro que el comercio de esclavos sigue siendo rentable pese a la guerra civil.
Un ataque frontal parecía poco menos que suicida, así que decidimos escondernos y esperar a que atacaran otra granja, estábamos seguros de que teniendo esclavos, tendrían que dejar un pequeño grupo vigilándolos, y así sucedió, al día siguiente 9 vinglundinos encabezados por su jefe, partieron a saquear y fue el momento para atacar su campamento.
El combate no llegó ni a empezar, ni nos vieron llegar, acabamos con los 5 que se habían quedado en el campamento antes de que nos vieran. No liberamos a los prisioneros porque era posible que se encontraran al resto de saqueadores en plena huida, lo que no sería bueno para ellos ni para nosotros, así que les pedimos paciencia y nosotros nos aplicamos la misma medicina, había que esconderse y esperar que regresaran.
Y regresaron, y vaya como regresaron, la emboscada fue un éxito, y menos mal, porque eran unos enemigos muy dignos. Fue un combate muy largo, no era fácil acabar con ellos y era imposible acabar con su jefe, lo aguantaba todo. Finalmente lo conseguimos, a costa de un herido y varios completamente agotados. Me parece que pasaremos más tiempo en casa de Beorn del que pensábamos, y estando acompañados de dos enanos, del que él desearía.