Juego: | D&D 5e |
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Fecha: | Segundo tenday de Mirtul de 1491 |
Campaña: | Princes of Apocalypse |
Lugar: | Roll20 |
Asistentes: | Gian (Erevan), Iván (Ångørd), Lohen (Dorgan), Maria (Dinore), Sirvent (Rangrim), Sku (Malark), Perico (DM) |
Tras una noche de descanso, el grupo se reune para decidir los próximos pasos y Dorgan les comunica que Tempus le ha dado una revelación esa misma noche.
Tempus le ha enseñado como entre llamas y fuego, un grupo de peregrinos se dirigen hacia una pequeña localidad al pie de las montañas, transportando con ellos un arca y dentro del arca hay un dispositivo capaz de destruir completamente la localidad y los alrededores.
Dorgan, agitado les pregunta al grupo qué podría ser ese arma de destrucción y Erevan les cuenta que ha oído hablar de un objeto creado con magia elemental capaz de destruir todo alrededor de 1 milla a su alrededor, los efectos dependerán del elemento que se empleó para crearla.
Dorgan le dice al grupo que hay que actuar con rapidez y pregunta si alguien puede proporcionar transporte rápido para interceptar a los cultistas. Erevan contesta que podrían llamar a los hipogrifos que había en la torre y que ahora han quedado libres.
Erevan se dirige a la salida del complejo, emplea un truco que dice que le enseño un mago gris y empleando una polilla le envía un mensaje a los hipogrifos de la torre.
Los hipogrifos no tardan en llegar y no tienen ningún problema en llevar al grupo hasta Red Larch, pero dicen nosequé sobre incompatibilidad con wyvernas cuando alguien sugiere que podrían quedarse como monturas permanentes del grupo.
Cuando están cerca del pueblo detectan que por la carretera de las montañas se ve a un grupo de peregrinos con una forma de andar muy sospechosa. Varios sobrevuelos sobre el grupo y descubren que son 5 cultistas del fuego, uno de ellos carga con una especie de cofre.
Aprovechando la ventaja y sabiendo que no han sido vistos, el grupo decide tenderles una emboscada más adelante en el camino. Despiden a los hipogrifos y se ocultan entre la vegetación a los lados del camino.
Erevan, recordando un viejo manuscrito de un mago amigo de su maestro, sabe que el orbe, una vez creado, explotará en un momento que no puede anticiparse de ninguna forma. Pero si alrededor del orbe se construye un contenedor (un contenedor que use magia del elemento opuesto del elemento del orbe), este no explotará hasta que no se quiebre el contenedor.
En el centro del camino, invocan la ilusión de un monje meditando, su intención es saltar sobre el grupo cuando se paren a hablar con el monje y sugestionar al portador de la caja, para evitar que la abra y que se vuelva con ella al lugar de donde vino.
Los héroes esperan a que llegue la comitiva y esta ignora completamente al monje y sigue su camino. Entonces algunos de los héroes se descubren e intentan la sugestión sobre el porteador… extrañamente este parece inmune a los efectos de la sugestion (este es un tipo de fanático muy peligroso entregado en cuerpo y alma a la causa del mal elemental)… visto que el plan A no ha funcionado pasan al plan H, H de hostia, obviamente.
Pero para sorpresa del grupo, los 5 cultistas son muy muy duros, emplean magia elemental del fuego muy poderosa, sus armas están encendidas en llamas y parecen inmunes a muchos tipos de efectos y conjuros.
Uno de los cultistas parece ser un mago, pero el portador resulta ser algún tipo de hechicero y ambos lanzan no solo bolas de fuego, si no todo tipo de encantamientos y sortilegios.
Los héroes emplean sus trucos, Erevan se transforma en rinoceronte, Angord intenta evitar todos los hechizos que puede usando su Dispel, Malark agota sus flechas, Dinore invoca a sus tentáculos y a Rangrim y a Dorgan no les queda otra que ponerse en la línea de frente.
Poco a poco los héroes van reduciendo al grupo de cultistas, primero a los guardias de espadas flamígeras, luego al mago, pero lo hacen a un alto coste: el rinoceronte de Erevan cae y empiezan a lloverle golpes al duida y Dinore y Rangrim acaban viéndole la sonrisa a la Parca, suerte de la intervención de sus compañeros que los consiguen traer del umbral de la muerte.
Finalmente, Erevan vuelve a invocar al rinoceronte y este acaba con el porteador, justo cuando el grupo de héroes pensaba que no aguantarían ni un asalto más.
De entre los cadáveres de sus enemigos, Erevan rescata la caja con el orbe y el grupo se pregunta qué van a hacer ahora…