Juego: | D&D 5e |
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Fecha: | Tercer tenday de Tarsakh de 1491 |
Campaña: | Princes of Apocalypse |
Lugar: | Roll20 |
Asistentes: | Gian (Erevan), Ivan (Ångørd), Lohen (Dorgan), María (Dinore), Sku (Malark), Perico (DM) |
Al final de la noche (que buenazo que es uno, los estoy malcriando) los atacan un hombre emplumado y cuatro kenkus que estaban patrullando el templo, pero no son una amenaza para los Héroes.
Tras el asalto, que los pilla a todos durmiendo y sin armadura, se visten y preparan y se dedicien a seguir explorando los alrededores, llegan hasta el zigurat y deciden rodearlo. Por el norte se encuentran un pasillo que da a una zona iluminada, explorando con cautela, ven que es una plaza con una estátua de Moradín que brilla e ilumina a un grupo de humanos y unos kenkus que están a sus pies.
Ångørd intenta disfrazarse del emplumado para acercarse al grupo bajo la estátua, pero no parecen tragarse el engaño del todo, y antes de que las cosas se pongan peor el grupo decide iniciar ellos el ataque.
Los humanos no tienen ningún reparo en lanzar conjuros que afecten a sus aliados y uno de los kenku se esconde tras una esquina a lanzar flechas más o menos certeras.
Durante el combate uno de los humanos les lanza un rayo y los deja a todos bastante tocados, en especial el bardo, que casi no lo cuenta, aunque la intervención de Dorgan lo estabiliza.
El druida saca a relucir nuevos poderes convirtiéndose en oso y entrando en combate, aunque el humano consigue lanzarles otro rayo que impacta a Dinore y a Erevan. Dinore se lo devuelve en forma de llamas del infierno… que derriba al humano.
El bardo ayuda al grupo repartiendo curaciones y el grupo se reparte la faena de ocultar los cadáveres lanzándolos al lago, mientras lo hacen Erevan ve algo muy grande moviéndose en el fondo del lago.