Tras conseguir parar a Hank y sus alegres seguidores, recibimos otra visita de la guardia, esta vez fue más complicado convencerlos de que todos esos golpes los había recibido durante un ritual de curación y liberación de un objeto maldito, pero por suerte coló.

No queríamos más problemas ni con la guardia ni con el objeto, así que cargamos al hombro a Hank y nos fuimos a casa de Wen Istani, para que ella solucionara el problemilla que teníamos entre manos. Sólo necesitó pasar cerca del objeto una gema, que al juntarla con el collar eliminó la maldición (a buenas horas mangas verdes…)

Por lo visto el objeto que había afectado a Hank y a Natalya, que lo que hacía era impedir que cualquiera pudiera negarse a lo que les pidiera el portador del collar, formaba parte de otro más poderoso, y sus efectos podían anularse con una piedra ioun. Otra particularidad de estos objetos es que cada uno indicaba dónde se encontraba el otro, y este Hank notaba que le llamaba hacia el mar.

Dejamos el objeto en manos de los cuidadores en la casa, una vez activado seguro que gente muy poderosa intentará hacerse con él, y partimos hacia el mar, estaba claro que el objeto se refería a las columnas en las que tenían su base las Tower Girls, lugar donde se encontró el primer trozo.

Antes de que partamos, Natalya nos cuenta que fueron los muchachos de Dulim los que echaron a las Tower de su anterior refugio y las obligó a trasladarse a la columna del puente, de la que nos dibuja un plano detallado. Desde el traslado, las Tower siempre dejan una guardia de 20 personas como mínimo en la base.

Llegamos con una barca alquilada a la base de la torre, donde a gritos pedimos una audiencia con Ayala, líder de las Tower Girls. Por respuesta recibimos una barca que dejan caer desde las alturas, barca que sólo Karil consigue esquivar, el resto se la comió con patatas.

A la base cada uno llega como puede, unos nadando a duras penas, Englier usando su anillo de aire a modo de propulsor, otros casi se ahogan,… pero bueno, llegamos todos a la orilla. Prometo que se intentó por todos los medios posibles una negociación con las Tower, pero no hubo manera, sólo unas cuerdas y un reto “subir, que os esperamos aquí arriba”.

Nada más subir a la tercera planta empiezan los enfrentamientos. Las Tower no son demasiado hábiles en la lucha, así que las peleas son cortas y podemos explorar rápidamente la planta, una planta que tiene las paredes con muchos agujeros, está claro que no somos los primeros que buscamos el objeto en las ruinas.

Cruzamos la zona de descenso de barcas (las guardan en la parte alta de la columna y las descienden con un juego de poleas, cuando no nos las dejan caer encima), cuando Hank en un alarde de habilidad suprema tropieza, cae al agua y le toca volver a subir (menudo equipo hemos formado…). Al rato llegamos a una sala llena de murales religiosos, dioses ya desconocidos, rituales de enterramientos,… de ahí pasamos a otra sala con multitud de nichos llenos de esqueletos, un poco más adelante hay una fuente de agua eterna y al final un almacén con unas monedas muy antiguas que a saber dónde las habrán robado las Tower.
Cuando bajamos a la segunda planta nos tienden una emboscada, 12 pícaros nos estaban esperando. Un largo combate se produjo, la emboscada estaba muy bien puesta, nos esperaban al final de una larga escalera estrecha y eso propició que no pudiera entrar todo el grupo a la sala, solo se podía avanzar poco a poco. Nos retuvieron lo que pudieron y luego huyeron.