Eran las cinco de la tarde, viernes, el sol valenciano caía con justicia en aquella tarde de Noviembre cuando seis caballeros, seis, zainos, astifinos y barrilargos se acercaron a la abarrotada plaza. Se mascaba en el ambiente la tensión y el hambre cuando los seis apoderáronse de dos carros tras feroz lucha con otros carros que allí pastaban y con un domador de estos que casi suelta toda su larga manada contra sus personas.
Ascendimos por una rampa deslizante que a las pocas horas (el domingo) echaríamos mucho de menos, pero no adelantemos acontecimientos. Los seis caballeros, con esmero y una lista, vagaron por las huertas, sembrados, frutales, cuadras, cochiqueras de aquel Campo tan bien provisto. El hambre, la inexperiencia y la falta de visión hizo que nuestros avezados cazadores creyeran que era necesario llenar los carros hasta arriba para poder salir de aquel lugar. Los otros visitantes también los llevaban llenos, así que no supusimos que no se pudiera hacer. Eran muchas vituallas, pero, pardiez, ¿éramos o no éramos barrilungos?
Continúa leyendo «Los Barrilungos en Yatová (Las Rolilungas)»
Debe estar conectado para enviar un comentario.