Fecha: 2021-10-08
- Verinder Silksmile (Perico)
- Vivald Orgevald (Sirvent)
- Brukril Battleminer (Tolanss)
- Clovis Underhill (Sku)
9th of Springrise
A long time ago in the age of the Blood Mist there was a Cruel Prince who sought a weapon, because of dreams. And traveled to a ruin located a day’s march away in a Dark Forest in the South-East direction and was never seen again. At the location there is lots of gold, but also Greedy Ghosts.
Nos encontramos al norte del bosque de Dankwood, dónde nos hemos reunido tras atravesar las tierras, cada uno acudiendo a la llamada de la amistad o de lazos más profundos que la sangre.
Hace tiempo que ronda en nuestras cabezas investigar un gran tesoro de antaño y ahora se ha abierto la posibilidad de hacerlo.
Los compañeros de este viaje son:
Verinder Silksmile: Un ailander con una amplia sonrisa que le gusta buscar las cosas que la gente quiere y/o necesita y llevárselas a cambio de un precio. He venido hasta aquí persiguiendo la leyenda de un gran tesoro.
Vivald Orgevald: Un druida ailander que el Cuervo le conminó a un servicio a los demás, sanando sus cuerpos y mentes en un viaje de peregrinación a lo largo de las Forbidden Lands.
Brukril Battleminer: Un enano que desde su más tierna infancia se dedicó al noble arte de la herrería. Después de crear cientos de armas, herrar miles de caballos de batalla y hablar con multitud de soldados, decidí enrolarme como soldado de fortuna. Muchísimos años después, ya no sé por quién ni por qué estoy luchando, sólo sé que me gusta infligir dolor en mis enemigos. Ahora estoy aquí tras la llamada de alguien al que me unen lazos más profundos que los de sangre y porque algo de oro en el bolsillo nunca viene mal.
Clovis Underhill: Un halfling hijo de granjeros que se aburría en su tierra y se buscó aventuras y formas de divertirse que no siempre fueron bien recibidas por sus vecinos, por lo que acabó encarcelado y después de un tiempo bastante problemático se le dio a escoger entre seguir en la prisión o apuntarse como explorador a una milicia que partía hacia el norte debido a que los saurios estaban demasiado activos en la zona. Allí conoció a Verinder, tras una gran batalla, y algún tiempo más tarde se cruzó con Brukril en una taberna donde se hicieron buenos amigos gracias a unas cuantas jarras de cerveza y una buena pelea de taberna. Clovis no se queda mucho tiempo en el mismo sitio ya que los problemas parecen acumularse allí donde pasa demasiado tiempo.
Seguimos el río Crombe que se dirige hacia el sureste, a lo largo de las montañas que se internan desde el norte en el bosque de Dankwood. Desde pronto por la mañana caminamos por el bosque a la búsqueda de cómo cruzar el río y alcanzar el paso de las montañas hacia la vertiente este, donde según los mapas antiguos están las ruínas que encajan en la descripción de la leyenda.
Cuando nos adentramos un poco más en el bosque, por la zona de las montañas dónde pensamos que podría haber un paso, decidimos dedicar el resto del día buscando una forma de cruzar el río, que no siendo muy caudaloso, no parece tampoco sencillo de cruzar.
Encontramos un vado, parece que en tiempos pudo haber un puente, pero ya no está allí. Intentamos cruzar el río a nado, aprovechando que en esta zona parece ser menos profundo y caudaloso. Conseguimos cruzar todos sin mayor contratiempo y mientras secamos las ropas, empieza a decaer el día y vemos cómo finaliza la tarde.
Verinder empieza a montar el campamento, aunque pone demasiado empeño y acaba mentalmente cansado, mientras tanto Vivald descansa al abrigo de un árbol y se prepara para hacer la guardia de la noche.
Brukril se va a rellenear las cantimploras de agua, pero a pesar de acabar de cruzar el río se medio pierde, se cruza con un oso al que tiene que perder, acaba evitando una parte del río lleno de sanguijuelas y vuelve exhausto y con las cantimploras llenas.
Clovis saca sus artes de pesca consigue capturar algunos peces para la cena, no suficientes para alimentar a todo el grupo, pero si para aliviar un poco las provisiones del viaje.
Despertamos a Vivald y cenamos, tras lo que nos vamos a dormir. Pasamos la noche sin ninguna otra interrupción, descansamos y nos recuperamos de nuestros pesares y esperamos con ilusión el próximo día.