Juego: | D&D 5e |
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Fecha: | Primer tenday de Mirtul de 1491 |
Campaña: | Princes of Apocalypse |
Lugar: | Roll20 |
Asistentes: | German (Darrak), Gian (Erevan), Lohen (Dorgan), Sirvent (Rangrim), Sku (Malark), Perico (DM) |
Tras la última parada para tomar aliento, los héroes se deciden a seguir explorando el complejo de los cultistas, salen de la habitación donde habían reposado y de dirigen a las puertas dobles.
Una inspección rápida y ven que las puertas están decoradas con las imágenes de dos dioses enanos Domathoin, el que guarda los secretos y Marthammor Duin, el que guía por los caminos… No les cabe duda de que tras esas puertas hay una necrópolis enana. Y además una necrópolis en la que hay encerrado algo, porque las puertas están cruzadas por unas barras de metal, que alguien ha soldado chapuceramente a las mismas.
Darrak empieza a investigar las barras para evaluar si las puede romper, mientras tanto Rangrim se escabulle a hablar con el Djinnin y preguntarle qué hay encerrado ahi. Darrak cree que con el uso de alguna herramienta puede desbloquear las puertas, por su parte el Djinnin le dice a Rangrim que lo que haya detrás de la puerta, ni lo conoce, ni le importa.
Cuando Rangrim regresa le entrega a Darrak una palanca (no salgas de casa sin una) y antes de que Darrak se ponga a la faena, el grupo se prepara para lo peor adoptando una formación defensiva e invocando la ayuda de la manada de lobos.
Darrak abre la puerta tras varios intentos y detrás vislumbra a un grupo de Ghouls acechando entre las tumbas. Ni corto ni perezoso, la emprende con el primero usando su hacha y lo convierte en pulpa de un solo golpe.
Dorgan realiza un acto de fe y los expulsa lejos del grupo y después se lanza con el martillo al ataque. El resto del grupo, y los lobos, también atacan.
En poco tiempo los Ghouls dejan de ser mayoría y rápidamente dejan de ser y punto, solo queda uno que ha huído espantado por el clérigo pero no aguanta mucho los embates del resto del grupo y de los lobos.
Eliminados todos los enemigos, el grupo investiga el lugar, encuentran varias piezas de tesoro, pero el Clérigo de Tempus insiste en que todo se va a quedar exactamente donde estaba y tras eso empieza a reconsacrar las tumbas y el lugar.
El grupo decide que es hora de afrontar qué hay dentro de la pirámide de piedra y se dirige hacia la puerta oeste. Al abrirla encuentran a un grupo de cultistas meditando a más de medio metro del suelo…