29/05/2022. EAU. Perico (DJ), Sirvent (Eyvindr), Scott (Blain), Sento (Ostag) y Germán (Delileron).
Los orcos que comentó Lady Sara son los que encontramos en la tumba del Burgomaestre. Estos orcos iban bien equipados y organizados, no tenía pinta de ser un grupo que se hubiera quedado colgado tras la batalla de los cinco ejércitos.
Al poco de empezar a subir las montañas empezamos a notar un descenso muy fuerte de la temperatura, algo que no mejora según vamos avanzando, todo se vuelve más sombrío.
A través de pasos de montaña que mejor no recordar, fuimos ascendiendo las descomunales montañas. A los cuatro días de viaje (habían pasado dos del solsticio), Ostag se encontraba buscando comida para el grupo cuando se encontró con la entrada a una cueva, por suerte recordaba los consejos sobre los orcos y se acercó con mucho cuidado. La caverna estaba siendo utilizada por un oso, así que decide dejarlo descansar y avisar a sus compañeros para que lleven cuidado.
La cuarta noche Ostag decide seguir en forma de oso espiritual los rastros de los orcos, encontrando una torre en la que finaliza el rastro, volvió a su cuerpo e informó a sus compañeros dónde se encontraba.
El viaje total nos dejó agotados a una gran parte del grupo, por lo que decidimos buscar algún sitio en el que poder recuperarnos, algún sitio que no estuviera ya ocupado por orcos, trolls u osos y una antigua torre fue lo que encontramos.
Dos orcos custodiaban la torre, algo que no cuadra con las conductas de los orcos, de ahí que les costara percatarse de nuestro acercamiento pese al ruido que armábamos (aunque al final nos vieron).
Dándole vueltas a la conducta de los Orcos, su organización, sus armas, sus uniformes, las vigilancias,… alguien muy poderoso y con posibilidad de manejar la cadena para encadenar a Raenar debía de estar detrás. Solo un nombre vino a nuestra mente, el encargado de las mazmorras de Dol Guldur, el torturador del Nigromante: The Gibbet King.
No se percibían rastros de ida y vuelta a la torre, así que parecía un buen lugar para recuperarse del viaje, por lo que descansamos allí cinco días. El día que íbamos a partir, una pareja de orcos se dirigía a nuestro refugio, parecía ser el relevo y por cómo caminaban no parecían esperar que nadie estuviera allí, ni sus compañeros (seguramente pensaban que algo se los habría comido), lo que menos esperaban era que los estuviéramos esperando, así que la trampa fue un éxito.
Los interrogamos y conseguimos averiguar que su grupo estaba formado por unos 50 miembros, siendo varios de ellos trolls de las cavernas, como característica curiosa, sus miembros tienen un símbolo dibujado, un ojo rojo. También nos contaron que las cadenas las tienen ellos y que su amo pensaba utilizarlas para someter a Raenar. El tesoro del Burgomaestre también lo tenían y pensaban usar la fortaleza, que tiene una cámara de resonancia (un sistema de alarma/defensa) y si se utilizan de la manera adecuada producen un ruido muy fuerte. La idea es usar el tesoro para hacer una gran campana y usar la cámara de resonancia para propagar el ruido de la campana. El maestro es una especie de esqueleto con aura fantasmal verde.
Las opciones eran:
- Buscar una entrada subterránea para entrar y sabotear el plan (ver que podemos hacer con la cadena o la campana)
- Hablar con el dragón y contarle la que le espera
- Volver a la ciudad e informar de lo averiguado
Y extrañamente nos decidimos por la primera, que parecía la más sensata.