29/03/2020 EAU. Perico (DJ), Sirvent (Eyvindir), JC (Hans), Scott (Blain), Germán (Delileron), Sento (Ostag).

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14 de septiembre de 2947

Tras nuestra charla con Radagast y cuatro días de camino llegamos a la Torre del Elfo. La torre realmente era una especie de fuerte, había dos torres de piedra muy antiguas rodeadas por unos edificios de ladrillo que aparentaban ser más modernos.

Desde nuestra posición no se podía apreciar si había alguien en el interior, aunque sí que parecía que las instalaciones hubieran sido utilizadas recientemente, así que decidimos hacer una aproximación sigilosa y obtener información.

Aquello de sigiloso tuvo solo la idea, pero tuvimos suerte. Pasamos entre montañas de basura en las que pudimos distinguir restos humanos medio devorados, algunos de ellos de niños, y agazapados enviamos a Delileron, el más silencioso de todos nosotros, a investigar.

Delileron observó como moviéndose hacia la puerta del edificio había un humano, por sus ropajes bien podía ser los hombres a caballo con los que nos habíamos enfrentado unos días atrás. El mal estado de la fortaleza se hacía patente en un boquete en una de las paredes, situación que fue aprovechada por Delileron, desde allí pudo ver una estancia muy grande con una puerta en su lateral, la vigilada desde el exterior por el guardia.

Informados por Delileron todos dimos la vuelta al edificio llegando a una puerta trasera custodiada por dos guardias. Por algún sitio había que entrar y ese era tan bueno como otro, así que Eyvindir y Hans dispararon sus arcos contra los guardias, matando a uno y dejando malherido al otro, que rápidamente fue amordazado y estabilizado por Ostag.
La puerta daba acceso a una sala con dos pasillos y una escalera. Delileron nuevamente abrió el paso moviéndose en sigilo por el pasillo, al final encontró un guardia despistado que rápidamente fue atravesado por la lanza (era el mismo que había visto entrar por el otro lado de la construcción).

En la habitación había numerosas cajas con material de guerra (lanzas, escudos, armaduras,…), todo muy nuevo. Alguna de las cajas estaban identificadas con un símbolo consistente en una M sobre otra M invertida, el símbolo de un fabricante de armas de Toft, pueblo muy cercano a Dol-Guldur. Estaba claro que estábamos en una especie de acuartelamiento temporal, con barracones usados por un número no muy grande de humanos, entre 10 y 15 aproximadamente.

Continuando la inspección una trampa se disparó, no hiriendo a Delileron por poco, del mismo modo que otro de los guardias que apareció sorpresivamente por una de las puertas sin dar tiempo a que reaccionáramos, por suerte no consiguió herir a nadie antes de que acabáramos con él.

Y hasta aquí llegó el día, ya eran las ocho y tocaba renovar la sala de zoom, así que hasta la próxima conexión.