
26/01/2020. El anillo único. Perico (DJ), JC (Hans), Germán (Delileron), Sento (Ostag), Scott (Blain), Sirvent (Eyvindr)
3 de septiembre de 2947
Avanzamos con nuestros nuevos compañeros, si así podía llamárseles, hasta que la posición del sol indicó que era momento de montar el campamento. Eran tareas mecánicas para gente acostumbrada a viajar, pero la proximidad del Bosque Viejo hacía que todos fueran más meticulosos a la hora de elegir el terreno para acampar, utilizar un buen desnivel podía suponer la diferencia entre dormir al raso o dormir en el interior de un capullo de araña gigante.
Nuestros nuevos compañeros tenían maneras extrañas de montar campamento y de prepararse para pasar la noche, parecían reacios a quitarse la armadura y el montaje, pese a que lo hacían correctamente, algo en la manera de clavar las piquetas, tensar las cuerdas,… parecía decir que no lo estaban montando para mucho rato.
Ostag y Delileron no prestaron atención a estos detalles, así que tras una frugal cena fueron a acostarse y eso le pasó factura a sus compañeros. Al poco los nuevos compañeros, ayudados por sus perros, se lanzaron a por los que estaban despiertos. Un desigual combate entre 6 guerreros y 6 perros contra 5 de los nuestros ya que los otros dos seguían roncando.
Milagrosamente el combate se decidió a nuestro favor con solo uno de los nuestros tocado, Balin, que acabó sin heridas pero con un cansancio que le hacía buscar cama e hibernar, lo de dormir un par de días se le iba a quedar corto.
5 de septiembre de 2947
A los dos días de viaje llegamos a la casa de Radagast, Rhosgobel, casi sin presentarnos, preocupados por la salud de Beren, el hombre herido del bosque al que se le conocía como “los ojos y oídos de Radagast”, prácticamente se lo tiramos a los pies y nos pusimos a contar la presencia de arañas en el borde del bosque, los guerreros que nos atacaron, la misión encomendada por Beorn respecto a los orcos del Ojo rojo que caminan a la luz del día,… Radagast tuvo que mediar como si de una clase de infantil se tratara y pedirnos que habláramos de uno en uno.
Eyvindir fue quien puso orden a todo aquello que queríamos decir y soltábamos sin parar y sin permitir asimilarlo. Por suerte no lo hizo nada mal, es más ¡consiguió que a partir de ese momento pudiéramos considerar a Radagast como un aliado!
La información que Radagast aportó no fue ni poca ni insignificante, lo primero fue recordarnos que el Ojo Rojo es el símbolo de Sauron y que era prácticamente imposible que no hubiera una relación.
También nos habló del cambio de posición de la Sombra, se olía en el ambiente, claro estaba que algo iba a pasar en el valle y en el bosque, la Sombra estaba involucrada, pero aún no sabía cómo, Dol Guldur era importante, pero el bosque lo era más.
Beren había sido enviado a investigar movimientos cerda de Dol Guldur, y en sus proximidades, nos desveló Radagast, es donde se encontraba Fernbridge, de donde procedía Dagmar, la líder de los guerreros que intentaban apresar a Beren, era de la Colina del Castillo de Fernbridge, una zona antes de Dol Guldur con varios castillos y fortificaciones que forman parte de su defensa.
Dagmar era la guardiana de Mordred, señor de la Colina, y esto preocupó más a Radagast, de repente pareció que empezaba a preocuparle más Dol Guldur que el Bosque. Según nos contó Mordred era un humano que si había tenido contactos con la oscuridad, posiblemente se tratara del humano que estaba en la Torre del Elfo, seguramente se había desplazado a Fernbrich, aunque era raro que hubiera cambiado el lugar en el que hacía sus «negocios».
Tras el intercambio de información Radagast nos recordó que el invierno se acercaba, así que nos ofreció su casa como alojamiento hasta la primavera, cuando Gandalf llegaría para una reunión ya programada sobre el Bosque con Radagast. A cambio tendríamos que observar los alrededores, con mucho cuidado, ya que de Rosghobel hacia el sur ya no son tierras para los pueblos libres, nada bueno debíamos esperar allí.
Era una oferta irrechazable, conseguir un poderoso aliado como Radagast y al mismo tiempo cumplir la misión encomendada por Beorn, así que ya teníamos donde pasar el invierno, poco tardaríamos en aparecer por la Torre del Elfo a ver que se cocinaba por esos lares….