Cine de los Miércoles


A pesar de alguna molestia y algún resfriado mal curado, este miércoles volvimos al café teatro a disfrutar de nuestra ración de cerveza, bocata y cine sorpresa. En esta ocasión, nuestro posadero nos sorprendió con:

Solteros
(Singles)

Un comedia coral en la que el director Cameron Crowe (Jerry Maguire, Casi Famosos, Vanilla Sky) narra la historia de varios jóvenes de los años 90 en la ciudad de Seattle. La elección de la ciudad no es una casualidad, ya que esa ciudad y ese momento es coincidente con la aparición de un movimiento musical abanderado por Kurt Kobain y su grupo Nirvana. De hecho, la música de la película, sobre todo si te gusta el jazz o la música de los 90, es bastante interesante.

Hay actores bastante conocidos, durante la época de la película (1992) o después, entre los que cabría destacar a Matt Dillon (que interpreta a un músico que intenta abrirse camino) o Brigdet Fonda (su enamoradiza vecina de arriba). Sin embargo, no se puede decir que sean los protagonistas de la historia, porque gran parte del peso de la historia recae en varios actores, como Campbell Scott (que ahora se le puede ver en una serie de reciente estreno llamada Royal Pain) o Kira Sedgwick (la de la serie Closer). Debo confesar que no soy capaz de ver la serie Closer y ello es debido a la actriz protagonista. Su papel me parece tan forzado y su actuación tan poco creíble que cambio de canal en cuanto consigo apoderarme del mando. Sin embargo, debo decir que en la película está bastante mejor. Sigue haciendo un papel de paranoica (un día hablaré de mi teoría de que todos los actores interpretan siempre el mismo papel), pero es bastante más creíble y correcto.

La película es una comedia y es bastante agradable de ver. Hay situaciones en las que te ríes y, sin ser una obra maestra, ves la película con una sonrisa agradable en los labios. Los personajes van sufriendo una serie de peripecias, bastante mundanas y cercanas, que te hacen gracia por lo excesivamente cerca que están a tu experiencia personal; encuentros y desencuentros que van hilvanando una trama en la que, al final, todos acaban coincidiendo. En su día, Singles debió ser una comedia para adolescentes. Los años la han tratado bien y ahora se puede ver como una comedia nostálgica.

Dos cosas me han gustado de esta película: la primera es la imagen tecnológica; esas pantallas de fósforo verde o ámbar, esos mandos a distancia que parecían ladrillos o esos contestadores de cinta magnética. Ha sido como volver a la prehistoria. Brigdet Fonda pronuncia una frase en la película que creo que todos, al menos los de mi generación, hemos pensado alguna vez: «cuando era pequeña pensaba que hoy iríamos en naves espaciales y fíjate, no ha cambiado nada…».

Lo segundo que me ha gustado es la música. Escuchar algunas canciones de los años 90 ha estado bien; escuchar alguna de años anteriores, también, pero me ha gustado especialmente la música de jazz que aparece de fondo en algunas escenas (muy bien elegidas). Trajo a mi memoria una época en las que mis noches de correrías, no tan diferentes de las de la película, acababan siempre en un bar de Jazz, degustando un ruso negro o un café irlandés, y disfrutando, casi en silencio, de una música de jazz muy parecida. Un bello recuerdo que debo agradecer al cine de los miércoles.

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