Famoso emperador con una gran, yo casi diría inmensa, afición a la cerveza. Fue el primer importador de cerveza y uno de sus más ilustres bebedores y aficionados.

Este gran barrilungo, cuando se retiró al monasterio de Yuste, ¿creéis que entre el reducido séquito que lo acompañó, se encontraban sus médicos, pintores, poetas,…?, pues no, quien si que lo acompañaron fueron sus maestros cerveceros de Flandes, a quienes encargó hacer para él cerveza de Abadía, montando en el Monasterio su pequeña fábrica, allí este barrilungo amansó su dominante brío con largos sorbos de cerveza y buscó el relajo en el aroma del lúpulo y la sana modorra del líquido dorado. Este barrilungo si sabía lo que se hacía, para eso era emperador.

Podéis encontrar más información adquiriendo las cervezas “Legado de Yuste” o en www.legadodeyuste.es