Tras un par de semanas en las que los compromisos y las enfermedades nos han impedido ir al cine, este miércoles, por fin, pudimos volver al cine en el Café Teatro 1900. Fuimos sorprendidos con…
Atrapados
(Caught)
Se trata de una película narrada y dirigida en tono de cine negro, aunque, en realidad, se trata de una historia de amor con tres vértices (como muchas historias de amor del cine). Sin embargo, ese toque duro, casi violento, de la trama le da un aire diferente. Max Ophüls, el director (bastante prolífico, cuyo nombre real es Max Oppenheimer) crea una interesante trama de personajes bien definidos y bien interpretados por James Mason, Barbara Bel Geddes y Robert Ryan.
La película es de 1948 y en ella se aborda el tema de la definición del papel de la mujeres en la vida. ¿Qué es lo que buscan en la vida? Hablamos de una época en la que la Segunda Guerra Mundial había permitido la entrada de la mujer en el campo laboral de forma más abierta que las décadas anteriores, pero en la que la educación tradicional aún las imponía un papel de «compañía» de los hombres. La protagonista (Barbara Bel Geddes) tiene la ilusión de convertirse en una señorita refinada (va una escuela de señoritas para ello), llegar a ser modelo y conocer a un hombre rico y famoso (viendo algunos programas de televisión, parece que no hubieran pasado 60 años desde entonces). En los primeros minutos de la película, la protagonista ve cumplido su sueño, pero pronto descubrirá, de la mano de un marido neurótico y autoritario, que no es lo que ella pensaba; momento en el que aparecerá un joven y apuesto médico (James Mason) y la trama se complicará un poco.
La película, en el fondo (y es lo que me ha gustado), es una crítica contra la educación tradicional que supone un papel secundario de la mujer en la sociedad. Aún hoy en día no hemos superado esa idea, pero Max Ophüls ya lo decía a mediados del siglo XX. Un detalle de la película que me ha parecido de «maestro» es el papel de un abrigo de visón a lo largo de la trama; como va evolucionando durante la película hasta quedar convertido en lo que es en la escena final del largometraje.
En resumen, una buena experiencia para el cine de los miércoles: cerveza, cena y película de cine negro… ¡un lujo!